Léos Carax armó esta secuencia de baile sobre la idea visual del tratamiento musical del color. Preparó cuidadosamente el decorado de las vallas de fondo, como un pintor que dispusiera manchas y franjas verticales de dos colores: rojo y amarillo. Procuró eliminar todos los demás colores que pudieran escapar a su control en este decorado no obstante "natural", de modo que las sensaciones visuales se redujeran a rojo y amarillo. Este plano, al ser un plano de "comedia musical" moderna, hará que su actor corra y baile frente a este decorado preparado, un poco como la toma lateral de Gene Kelly en el fragmento de Cantando bajo la lluvia analizado aquí.
Siguiendo a su actor, que se mueve en paralelo al vallado, el cineasta produce ritmos coloridos que son una búsqueda de un equivalente visual a la música con la que baila Denis Lavant. En un momento, Carax filma la danza de su actor con una distancia focal mucho más larga y lo que hasta entonces eran zonas planas de rojo y amarillo se convierte en una especie de dripping art casi abstracto, un puro juego de ritmos coloreados desprendidos de las formas que les dan soporte. Sólo quedan sensaciones brillantes y coloridas.
Comentario
Léos Carax armó esta secuencia de baile sobre la idea visual del tratamiento musical del color. Preparó cuidadosamente el decorado de las vallas de fondo, como un pintor que dispusiera manchas y franjas verticales de dos colores: rojo y amarillo. Procuró eliminar todos los demás colores que pudieran escapar a su control en este decorado no obstante "natural", de modo que las sensaciones visuales se redujeran a rojo y amarillo. Este plano, al ser un plano de "comedia musical" moderna, hará que su actor corra y baile frente a este decorado preparado, un poco como la toma lateral de Gene Kelly en el fragmento de Cantando bajo la lluvia analizado aquí.
Siguiendo a su actor, que se mueve en paralelo al vallado, el cineasta produce ritmos coloridos que son una búsqueda de un equivalente visual a la música con la que baila Denis Lavant. En un momento, Carax filma la danza de su actor con una distancia focal mucho más larga y lo que hasta entonces eran zonas planas de rojo y amarillo se convierte en una especie de dripping art casi abstracto, un puro juego de ritmos coloreados desprendidos de las formas que les dan soporte. Sólo quedan sensaciones brillantes y coloridas.