Los 400 golpes

Les 400 coups

François Truffaut, Francia, 1959

Comentario

Franços Truffaut ha armado un verdadero dispositivo para provocar emociones a la vez en su actor y en el espectador. Filma a su personaje en plano fijo, muy cercano, sobre un fondo oscuro que lo aísla bien en el campo. A continuación, el actor debe responder preguntas, en improvisación guiada. Aunque notamos que las respuestas del actor están inspiradas en su personaje (la madre que no lo ama, el robo de la máquina, etc.) no han sido escritas, y es imposible distinguir lo que le fue sugerido por el director de lo que surge de la invención del actor, que visiblemente “borda” en la trama del relato. Es el propio Truffaut el que hace las preguntas, reemplazado en el montaje por la voz de una actriz, la psicóloga que queda fuera de campo y que no veremos nunca. Claramente quiere que algo se escape, se desborde a la vez del personaje y del actor que lo encarna. Truffaut ha filmando mucho tiempo (la escena está construida sobre un falso plano secuencia, con fundidos entre las tomas), hace preguntas inesperadas a su actor, como esa sobre su sexualidad, para desestabilizarlo. Es un juego con el actor, que no se “desmonta” y tras una ligera vacilación responde sin ambages, pero también es un juego con el espectador, al que la ausencia del contraplano deja cara a cara con Antoine. La supuesta escena con la psicóloga es en realidad una verdadera entrevista falsa con el joven actor de 14 años por parte del propio realizador: bajo el personaje de Antoine, a través de sus reacciones y gestos espontáneos (sonrisa avergonzada, gestos con las manos), es Jean Pierre Léaud, un joven actor principiante de 14 años, quien aparece ante nuestros ojos.