Esta película de Víctor Erice es un largometraje documental sobre un gran pintor español contemporáneo que pintó un pequeño árbol de membrillo de su jardín a lo largo de varias estaciones. Hacia el final de la película, Erice nos cuenta y escenifica un sueño de este pintor. La tonalidad de la película cambia dramáticamente y el cineasta va a servirse del color azul noche para embarcarnos en ese sueño. Ese azul oscuro y metálico es en el cine la convención del color para dar la ilusión de una luz que penetra de noche en una habitación oscura (ver Ojos Bien Cerrados). El rostro del pintor inmóvil, dormido en su cama e iluminado por esta luz azul homogénea se torna un poco inquietante y nos prepara para entrar al universo de su sueño filmado por Erice. El sueño es un trabajo sobre la luz y el color. Esos membrillos que obsesionan al pintor ya no son frutas comunes y corrientes. El cineasta los vuelve inquietantes manteniendo el azul dominante del sueño pero introduciendo verde, amarillo y marrón en la imagen para "contar" su descomposición.Están rodeados de noche en la imagen y adquieren un aspecto algo fantástico para dar la impresión que describe el pintor en el relato de su sueño de "una luz nítida y a la vez sombría, que todo lo convierte en metal y ceniza.No es la luz de la noche, dice, ni la del crepúsculo, ni la de la aurora ». Durante este texto, Victor Erice nos muestra la verdadera naturaleza de esta luz filmando la sombra de una cámara proyectada en la pared: es la luz antinatural de los proyectores de cine.
En uno de los planos de un membrillo en el suelo, Erice cambia la iluminación y los colores durante el plano, dando la impresión de que el tiempo pasa muy rápido y que asistimos en directo y en tiempo acelerado a la descomposición de la fruta.
Comentario
Esta película de Víctor Erice es un largometraje documental sobre un gran pintor español contemporáneo que pintó un pequeño árbol de membrillo de su jardín a lo largo de varias estaciones. Hacia el final de la película, Erice nos cuenta y escenifica un sueño de este pintor. La tonalidad de la película cambia dramáticamente y el cineasta va a servirse del color azul noche para embarcarnos en ese sueño. Ese azul oscuro y metálico es en el cine la convención del color para dar la ilusión de una luz que penetra de noche en una habitación oscura (ver Ojos Bien Cerrados). El rostro del pintor inmóvil, dormido en su cama e iluminado por esta luz azul homogénea se torna un poco inquietante y nos prepara para entrar al universo de su sueño filmado por Erice. El sueño es un trabajo sobre la luz y el color. Esos membrillos que obsesionan al pintor ya no son frutas comunes y corrientes. El cineasta los vuelve inquietantes manteniendo el azul dominante del sueño pero introduciendo verde, amarillo y marrón en la imagen para "contar" su descomposición.Están rodeados de noche en la imagen y adquieren un aspecto algo fantástico para dar la impresión que describe el pintor en el relato de su sueño de "una luz nítida y a la vez sombría, que todo lo convierte en metal y ceniza.No es la luz de la noche, dice, ni la del crepúsculo, ni la de la aurora ». Durante este texto, Victor Erice nos muestra la verdadera naturaleza de esta luz filmando la sombra de una cámara proyectada en la pared: es la luz antinatural de los proyectores de cine.
En uno de los planos de un membrillo en el suelo, Erice cambia la iluminación y los colores durante el plano, dando la impresión de que el tiempo pasa muy rápido y que asistimos en directo y en tiempo acelerado a la descomposición de la fruta.