Comentario

Mirando esta escena, cuyo tono es naturalista, cotidiano, improvisado, se podría pensar que Rohmer se conformó con plasmar los colores azarosos de la escenografía y la ropa de los actores y extras. Sin embargo, si miramos más de cerca, descubrimos una organización discreta pero controlada de la paleta de colores. Estos discretos ajustes y desajustes no son fruto del azar, Rohmer eligió el vestuario cuidadosamente pensando en la representación de los colores en su escena. Excepto en las películas "de época", solía elegir el vestuario de sus personajes a partir de la ropa de sus actores y actrices en la vida real para que se sintieran cómodos y para ahorrar presupuesto de vestuario.

En el primer plano de las hamacas, donde todo el decorado es verde, las dos chicas llevan puestos bañadores a rayas de todos los colores como un arcoíris. En la escena de la mesa, Rohmer comienza aislando en un plano a los dos enamorados con camisetas descoloridas, un poco cursis, que tienen delante, sobre la mesa, una jarra de los mismos colores muy pálidos. También tienen aproximadamente el mismo color de cabello y están sentados en sillas marrones de interior. Luego pasa a un plano en el que aparece el color rojo, con el pañuelo en la cabeza del joven y el chaleco de Marie Rivière. Sobre la mesa, un plato que contiene flores rosas y rojas. Las sillas de lona en las que se sientan son blancas con rayas rojas. Por lo tanto, el rojo domina la composición de la imagen. Luego, mediante una panorámica, pasa a otro fotograma donde Marie Rivière, a la izquierda de la composición esta vez, dialoga con una chica que lleva puesto un jardinero de jean azul.

A pesar de la apariencia de natural casualidad de la escena, los colores fueron perfectamente coordinados por Eric Rohmer.