La tradición romántica postula que los estados meteorológicos deben estar de acuerdo o en resonancia con los estados anímicos de los personajes. Las tormentas acompañan los momentos de gran exaltación o de gran desesperación, el sol los momentos de felicidad, la lluvia los momentos de melancolía y de tristeza. En esta secuencia el hombre lee la carta de la mujer que ama - y a quién acaba de proponer matrimonio- que le anuncia su regreso a Francia con su marido para resistir al nazismo y que no se volverán a ver. El director elige situar la escena de la lectura de esta carta en la calle de la estación, bajo una lluvia torrencial, en medio de una multitud que se agita en todos los sentidos y que simboliza indirectamente los desórdenes creados por la guerra. Esta lluvia de estudio en papal personaje interpretado por Humphrey Bogart, cuyo sombrero se transforma en desagüe. Las gotas de lluvia que caen sobre la carta lavando la tinta de las palabras de adiós son equivalentes para el espectador a lágrimas que traducen la tristeza y el desgarro del personaje. El cielo entonces está en perfecta armonía con las emociones del personaje y del espectador.
Comentario
La tradición romántica postula que los estados meteorológicos deben estar de acuerdo o en resonancia con los estados anímicos de los personajes. Las tormentas acompañan los momentos de gran exaltación o de gran desesperación, el sol los momentos de felicidad, la lluvia los momentos de melancolía y de tristeza. En esta secuencia el hombre lee la carta de la mujer que ama - y a quién acaba de proponer matrimonio- que le anuncia su regreso a Francia con su marido para resistir al nazismo y que no se volverán a ver. El director elige situar la escena de la lectura de esta carta en la calle de la estación, bajo una lluvia torrencial, en medio de una multitud que se agita en todos los sentidos y que simboliza indirectamente los desórdenes creados por la guerra. Esta lluvia de estudio en papal personaje interpretado por Humphrey Bogart, cuyo sombrero se transforma en desagüe. Las gotas de lluvia que caen sobre la carta lavando la tinta de las palabras de adiós son equivalentes para el espectador a lágrimas que traducen la tristeza y el desgarro del personaje. El cielo entonces está en perfecta armonía con las emociones del personaje y del espectador.