Comentario

Cuando Norman McLaren comenzó a dirigir su película en 1948, ya había realizado más de 30 cortometrajes en los que experimentó con todo tipo de técnicas de animación. Como Len Lye antes que él, dibujó y pintó directamente en la película transparente de 35 mm y grabó en película negra. McLaren también utilizó procesos ópticos (Vitacolor, luego Warnercolor) para transformar en colores un dibujo negro sobre fondo claro.

En Begone Dull Care, combinará todas estas técnicas con júbilo y probará otras nuevas. En algunos segmentos, aplica el color base con un pincel directamente sobre la película en movimiento en la Moviola, al compás de la música del trío de Oscar Peterson. En otra sección de la película, junto con su colaboradora Evelyn Lambart, McLaren aplicará todo tipo de tintes (digamos amarillo) estirando la película sobre un riel de madera de 4 metros de largo que fabricó especialmente. Una vez que la tinta se ha secado, vuelven a poner una capa de otro color (por ejemplo, azul) en el otro lado girando la película sobre su riel. A continuación, graba los dibujos, cuadro por cuadro, que aparecerán de color amarillo o azul sobre un fondo verde, según la capa de tinta que se haya eliminado. La perfecta sincronización entre el piano de Peterson y las figuras pintadas, grabadas o dibujadas en la película se obtiene gracias a la transcripción a mano de la partitura musical en una larga hoja de exposición de una precisión de 24 cuadros por segundo. Todas estas técnicas requieren un dominio de artesano, grabador, pintor, impresor difícil de imaginar en la actualidad. El joven McLaren sufría de sinestesia, el artista utilizó toda su vida, como aquí, esta hipersensibilidad para hacer oír el color.