Amarcord cuenta la vida de una pequeña ciudad italiana de provincia bajo el fascismo. Fellini comienza y concluye su película a principios de la primavera. Se puede ver entonces cómo cada estación transforma la ciudad y las costumbres de sus habitantes. En esta escena, Fellini filma la llegada de las primeras nevadas, lo que le permite dibujar a sus personajes en función de sus reacciones a este acontecimiento meteorológico: los niños extasiados, el escéptico que pronostica que no va a durar, el hombre que trata de atraer a los gorriones a una tela negra, los empleados municipales que despejan la calle con sus palas mientras que los burgueses juegan al billar, bien calientes en el café, el gruñón, el narrador erudito que cuenta la historia de las grandes nevadas de la región, la la coqueta que usa la nieve de decorado para su caminata y de fondo para su traje rojo y negro…
Evidentemente, Fellini no esperó una verdadera nevada para filmar esta escena y sus directores de arte usaron nieve falsa que se puede controlar a voluntad. Esta nieve artificial es muy “legible” en la imagen con sus copos bien nítidos y de buen tamaño. Para la mañana del segundo día, los escenógrafos construyeron verdaderas trincheras de nieve en la calle, un paisaje fantástico donde solo sobresalen las cabezas de los personajes.
Comentario
Amarcord cuenta la vida de una pequeña ciudad italiana de provincia bajo el fascismo. Fellini comienza y concluye su película a principios de la primavera. Se puede ver entonces cómo cada estación transforma la ciudad y las costumbres de sus habitantes. En esta escena, Fellini filma la llegada de las primeras nevadas, lo que le permite dibujar a sus personajes en función de sus reacciones a este acontecimiento meteorológico: los niños extasiados, el escéptico que pronostica que no va a durar, el hombre que trata de atraer a los gorriones a una tela negra, los empleados municipales que despejan la calle con sus palas mientras que los burgueses juegan al billar, bien calientes en el café, el gruñón, el narrador erudito que cuenta la historia de las grandes nevadas de la región, la la coqueta que usa la nieve de decorado para su caminata y de fondo para su traje rojo y negro…
Evidentemente, Fellini no esperó una verdadera nevada para filmar esta escena y sus directores de arte usaron nieve falsa que se puede controlar a voluntad. Esta nieve artificial es muy “legible” en la imagen con sus copos bien nítidos y de buen tamaño. Para la mañana del segundo día, los escenógrafos construyeron verdaderas trincheras de nieve en la calle, un paisaje fantástico donde solo sobresalen las cabezas de los personajes.