La película de Fellini comienza con la llegada de copos que caen de los árboles y que flotan en el aire anunciando la llegada de la primavera. Estas « manine » volando por todas partes sirven de signo de unión visual entre los planos arbitrarios en los que Fellini nos presenta diferentes aspectos de la ciudad - decorado de la película- y a algunos de los personajes que la pueblan. En la banda de sonido se oye, amplificado, el viento que se supone hace volar estos plumones. Los habitantes reciben con buen humor infantil este signo que hace visible, para todos al mismo tiempo, lo que representa para ellos el final del invierno.
Comentario
La película de Fellini comienza con la llegada de copos que caen de los árboles y que flotan en el aire anunciando la llegada de la primavera. Estas « manine » volando por todas partes sirven de signo de unión visual entre los planos arbitrarios en los que Fellini nos presenta diferentes aspectos de la ciudad - decorado de la película- y a algunos de los personajes que la pueblan. En la banda de sonido se oye, amplificado, el viento que se supone hace volar estos plumones. Los habitantes reciben con buen humor infantil este signo que hace visible, para todos al mismo tiempo, lo que representa para ellos el final del invierno.