PresentaciónDesde 1995, el CCAJ ha permitido a niños y jóvenes de 6 a 18 años vivir una experiencia cinematográfica única que combina el descubrimiento del cine y su práctica, en el marco de talleres organizados en torno de una cuestión de cine anual. |
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Nathalie Bourgeois
Responsable de Cinéma, cent ans de jeunesse.
Nacido en 1995, el dispositivo "Cinéma, cent ans de jeunesse" experimenta con una pedagogía del cine que combina la formación de la mirada con la experiencia creativa. Cada año, pone en marcha talleres en escuelas y extraescolares con la intervención de profesionales del cine.
El proyecto se desarrolla durante todo un año escolar. Los talleres se llevan a cabo en establecimientos escolares (escuelas primarias, secundarias de nivel medio y superior), son realizados conjuntamente por un docente (o un equipo) y un tallerista profesional. A lo largo del año, las sesiones alternan visionado de películas en cines y análisis de fragmentos de películas con ejercicios prácticos y la realización de un cortometraje colectivo.
La originalidad del proyecto consiste en definir un marco general y unas reglas de juego formuladas cada año en conjunto con los socios de los diferentes países. Sea cual sea la edad o el lugar en donde vivan, todos los niños y jóvenes trabajan con la misma cuestión, que los une y les sirve como abordaje para descubrir el cine (por ejemplo: color, punto de vista, mostrar u ocultar, ¿por qué mover la cámara? ...) Al prestar atención a un parámetro particular, al tomar conciencia de los desafíos que implica, se invita a los alumnos a ampliar su acercamiento al cine. Después de ver películas en sala y de analizar los fragmentos que se han encontrado sobre el tema, los alumnos primero realizan ejercicios individuales. Solo después de que todos se han familiarizado con el tema del año que la clase comienza a trabajar en la realización de una película de ensayo colectiva, siguiendo las pautas del guión.
Todos los participantes adultos involucrados en los talleres (profesores y talleristas) se reúnen tres veces durante el año:
Septiembre / octubre: 3 días de formación y reflexión en el Cine 104 de Pantin y en Sorbonne Nouvelle en Paris, para abordar y aclarar la cuestión de cine que servirá de hilo conductor para el trabajo realizado en los talleres, a través del visionado y la comparación de secuencias cinematográficas elegidas de la historia del cine y las diversas cinematografías del mundo.
Marzo-abril: balance de etapa intermedio en las estructuras culturales asociadas al sistema en la región o en los diferentes países.
Junio: un encuentro internacional en una ciudad europea (París, Francfort, Lisboa...) con proyección de las películas realizadas en los talleres, en presencia de los estudiantes. Igualmente, proyecciones nacionales en las estructuras cultural participantes del programa.
Profesores, talleristas y socios culturales forman una verdadera comunidad de reflexión en la que es posible comparar metodologías y compartir enfoques pedagógicos.
A lo largo del año, un blog permite a los estudiantes comunicarse y saber cómo está progresando el trabajo de los demás. Para más información, consulte la página del año en curso.
En junio, uno de los cines socios del programa recibe a todos los participantes, adultos y estudiantes, (alrededor de 900 personas) durante tres a cinco días días de proyección. Los participantes de todas las edades y de todos los orígenes se conocen, tienen un diálogo alegre y debaten las opciones cinematográficas que trabajaron en sus películas. Habiendo trabajado en el mismo tema, les resulta más fácil compartir sus experiencias. Sus películas muestran el mundo, en su diversidad de climas, luces, idiomas, ritmos y estilos de vida.
Finalmente, uno de los puntos de interés de este dispositivo es la gran diversidad de sus participantes: mezcla de edades (de 7 a 18), diversidad geográfica y lingüística (talleres en una decena de países diferentes, ubicados en pequeños pueblos, en grandes ciudades, en suburbios o en islas); diversidad de edades y públicos (escuelas primarias, escuelas secundarias de nivel medio y superior, zonas sensibles, zonas rurales remotas, institutos de formación profesional).
Alain Bergala
Docente, crítico y cineasta
Asesor artístico de Cinéma, cent ans de jeunesse
La pedagogía del cine en Francia es heredera de una tradición antigua y muy rica. Debe su desarrollo excepcional a razones históricas y políticas precisas y únicas. Pasa por los grandes movimientos de cultura popular de la posguerra como Pueblo y Cultura y Trabajo y Cultura, por el poderoso movimiento de los Cine-clubs durante el boom de la posguerra (1945-1975) y finalmente por la voluntad política, de los años setenta, de llevar el cine a la escuela y al sistema extracurricular, incluso si este impulso ha tenido altibajos.
Nacido dentro y, también, fuera de los muros de la Cinémathèque française en 1995, Cinéma, Cent Ans De Jeunesse se propuso, desde el principio, ser un proyecto centrado y ejemplar de investigación progresiva sobre el cine. El objetivo de este dispositivo es experimentar con una pedagogía generalizable del cine, cuyo modelo, que año tras año se ha ido perfeccionando durante más de quince años, se está extendiendo a países que se están abriendo a la voluntad del cine en las escuelas: Cataluña, Portugal, Brasil, Italia, Inglaterra, Alemania, etc.
Mi participación en este programa, desde sus inicios, ha sido mi principal base de inspiración para pensar en nuevas modalidades de educación cinematográfica en el marco de las “Artes en la escuela” iniciado por Jack Lang, entonces Ministro de Educación Nacional, a principios de la década del 2000. Este sistema funciona como una comunidad de autoformación e intercambio permanente entre sus participantes (docentes y profesionales del cine) que han desarrollado protocolos de trabajo precisos y rigurosos. Esta exigencia ha sido más necesaria que nunca en los últimos años cuando, debido a un claro declive del lugar y el estatus simbólico del cine en la Educación Nacional, amenaza una tendencia a la "gadgetización" y a prácticas fútiles sin más objetivos ni desafíos que “hacer de cuenta” que se hace cine. Se puede filmar fácilmente cualquier cosa y de cualquier manera con las cámaras digitales actuales, pero que exista vagamente una película no quiere decir que haya existido una verdadera experiencia cinematográfica por parte de los jóvenes que la han hecho, y que eso va a dejar huellas tangibles.”
La iniciación en el cine requiere que los adultos que la practican piensen de manera responsable. La solidez del Cinéma, cent ans de jeunesse, radica en un pensamiento conjunto sobre el cine y su transmisión, y métodos de trabajo experimentados y auto analizados con paciencia que le han permitido capitalizar un método que puede ser utilizado por otros. Y esto es lo que ha permitido que los entusiastas de la transmisión del cine, en otros países, se sientan reconfortados en su deseo y suficientemente tranquilos por marcos de pensamiento y prácticas en los que apoyarse para lanzarse a esta aventura. Luego son libres de adaptarlos a sus países y a su situación específica.
Si tuviera que elegir uno sólo de los puntos destacables de Cinéma, cent ans de jeunesse, sería la articulación del hacer (el hacer como forma práctica de un pensamiento del cine) y el recurso permanente, a lo largo del ciclo anual, a fragmentos de películas provenientes de todos los países y de todas las épocas del cine. Estas visualizaciones de fragmentos de películas forman parte del proceso general de pensar las preguntas que nos hacemos, los problemas que nos encontramos, partiendo del modo en que tuvieron que afrontarlos concretamente los realizadores, que son quienes han hecho el cine hasta hoy. Esta es la mejor manera de resistir a la gadgetización del hacer, y basta con ver las películas realizadas en las clases, a fin de año, para darse cuenta de la increíble inteligencia y el apetito con que los alumnos han asimilado algunos de esos fragmentos de películas ―aquellos que interpelaron sus gustos e interrogantes― para pensar su propia práctica. Estamos a mil leguas de la imitación de un modelo, pero en el corazón mismo de la realidad del acto de creación. (Junio de 2012)